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Dr Richard Hunt |
BACTERIOLOGÍA |
INMUNOLOGÍA
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MICOLOGÍA |
PARASITOLOGÍA |
VIROLOGÍA |
EN INGLÉS |
CAPÍTULO
DIECINUEVE - HEPATITIS
PARTE DOS –
ENFERMEDAD DE TRANSMISIÓN PARENTERAL
HEPATITIS
B, C, D y G
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VIDEOCONFERENCIA
EN INGLÉS |
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Figura 1
Virus de la Hepatitis B CDC
Figura 2
Factores de Riesgo para Hepatitis B Aguda, Estados Unidos, 1992-1993 CDC
Figura 3
Tasa de Casos de Hepatitis B reportados de acuerdo al grupo etáreo, Estados
Unidos, 1990. CDC
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HEPATITIS SÉRICA - HEPATITIS B
El virus de la Hepatitis B (VHB) (figura 1) pertenece a la familia de los
hepadnavirus y tienen un genoma de ADN que se replica vía un intermediario
de ARN. Dependiendo de la respuesta inmune del paciente, la infección por el
VHB puede ser asintomática, crónica o aguda. Al igual que con el VHA, los
humanos son el único reservorio para el VHB. El virus se disemina por el
contacto con fluidos corporales (usualmente contaminación sanguínea, aunque
también se contagia por el semen u otras secreciones tales como fluidos
vaginales, sangre menstrual, saliva y leche materna). Aunque la inyección de
sangre (como resultado de adicción a drogas intravenosas o por el uso de
otros instrumentos contaminados con sangre tales como las navajas) es la vía
más común de infección, el virus también se puede contraer por contacto
sexual (particularmente el de hombre a hombre) y perinatalmente (figura 2).
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés)
aproximadamente 78,000 personas en los Estados Unidos fueron infectadas con
el VHB en el 2,001 y casi 5,000 personas mueren cada año de alguna
enfermedad asociada al VHB, Una de cada 20 personas en los Estados Unidos se
infecta con el VHB alguna vez en sus vidas y la tasa más alta de infección
la tienen los adultos jóvenes (figura 3 y 4). Cerca del 5% de las personas
infectadas con el VHB manifiestan una infección crónica y hay más de un
millón de norteamericanos con hepatitis B crónica. Casi un cuarto de estos
pacientes crónicamente enfermos morirá por alguna forma de enfermedad
hepática. Como resultado la excelente vacuna actualmente disponible, el
número de infecciones agudas por hepatitis B en ha disminuido en los Estados
Unidos (figura 5).
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Figura 4
Edad de adquisición de Infección aguda y crónica de VHB, Estados Unidos,
Estimados de 1989 CDC
Figura 5
Incidencia estimada de Hepatitis B Aguda, Estados Unidos, 1978-1995 CDC
Figura 6
Portados de antígeno australiano, hepatocito con apariencia de vidrio
esmerilado © Archivo de Imágenes Biomédicas de Bristol. Usado con
autorización
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Patología
El VHB entra al cuerpo por el torrente sanguíneo y se dirige a los
hepatocitos, presuntamente porque su receptor se encuentra
predominantemente en estas células. Hay muy poco efecto citopático y la
proporción de aparición de los síntomas depende de la dosis inicial del
virus. El periodo de incubación es de 60-90 días (con un rango de 45-180
días), aunque la replicación viral inicia unos cuantos días después de
la infección. El primer signo de infección es la aparición
característica de los antígenos HBs (HBsAg) en las células infectadas (apariencia
de vidrio esmerilado (figura 6)). Al igual como sucede con otros virus
de hepatitis, los síntomas son mediados por la respuesta inmune,
resultando de la inflamación de la respuesta mediada por células (células
T citotóxicas) al HBsAg en la superficie de los hepatocitos. Esto
también resuelve la enfermedad. Los síntomas incluyen ictericia (figura
7), fatiga, dolor abdominal, pérdida de apetito, náusea, vómitos y dolor
articular. Si la respuesta mediada por células es débil, los síntomas
son leves pero la infección no se resuelve y sobreviene una hepatitis
crónica. Este es el caso frecuente de los pacientes más jóvenes que
tienen una menor inmunidad mediada por células. Casi el 10% de los
pacientes menores de 5 años de edad manifiestan una enfermedad clínica (ejemplificada
por la ictericia) aunque el 30-90% de los pacientes jóvenes infectados
mantienen una infección crónica. En los picantes mayores de 5 años de
edad, el 30-50% tienen una enfermedad clínica y casi un tercio son
asintomáticos. En estos pacientes, 2 a 10% pasan a tener una infección
crónica (figura 8).
La infección crónica del VHB puede llevar a hepatitis crónica. Esto
conlleva cirrosis hepática en una cuarta parte de los pacientes en un
tiempo de 5 años. De estos pacientes, casi un cuarto desarrollará
carcinoma hepatocelular (figura 9) o fallo hepático. Ambas de estas son
fatales en la ausencia de un transplante hepática.
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Figura 7
Hepatitis Viral Aguda CDC
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Figura 8
Resultado de Infección por el Virus de la Hepatitis B según la edad de
infección CDC
Figura 9 Mujer de Jemer (Camboya) quien murió por un hepatoma,
cuatro meses después de llegar a un campo de refugiados en Tailandia CDC
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Figura 10
Infección aguda del virus de hepatitis B con recuperación – curso serológico
típico CDC
Figura 11
Progresión a Infección crónica de hepatitis B – Curso serológico típico CDC
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Inmunología
Una
respuesta inmune mediada por células a una infección por VHB resulta en
la reacción de las células T citotóxicas contra los antígenos tanto de
superficie (HBsAg) como internos (HBcAg y HBeAg). La respuesta humoral
también es protectora. Además de viriones intactos, las células
infectadas por VHB descaman partículas que se componen principalmente de
agregados de antígeno HbS. Esto se combina con un bloque de anticuerpos
anti-HbS, limitando así la respuesta humoral. La gran cantidad de
complejos anticuerpo – HbsAg causa reacciones de hipersensibilidad tipo
III y resulta en eritema, artralgia y daño renal. No obstante, los
anticuerpos confieren de inmunidad de por vida y la presencia de HBeAg
es indicativa de baja transmisibilidad.
En las
infecciones agudas por VHB, los síntomas permanecen por 10 a 20 semanas
luego de la infección. Antes de la aparición de los síntomas los
antígenos HBsAg y HBeAg son detectables en el torrente sanguíneo. Los
anticuerpos contra el HBeAg son detectables cerca de 4 meses luego de la
infección. Inicialmente, los anticuerpos anti-HBcAg son IgM pero esto
decrece aunque el total de anti-HBcAg continua a niveles altos. El HBsAg
es detectable en sangre de uno a seis meses después de la infección,
pero el anti-HBsAg sólo es detectable desde los 8 meses. Por tanto, hay
una "ventana" durante la cual ni HBsAg ni anti-HBsAg pueden ser
detectados. Como consecuencia de la respuesta inmune, la enfermedad se
resuelve en la mayoría de los pacientes (figura 10).
En una
infección crónica, HBsAg y HBeAg son detectables a través del curso de
la infección. Los anti-HBcAg (que inicialmente son IgM) y los anti-HBeAg
también se pueden detectar (figura 11).
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Carcinogénesis
El VHB es
la mayor causa de carcinoma hepatocelular a nivel mundial (figura 9); de
hecho, la infección con VHB puede ser la causa de más del 80% de los
casos de carcinomas hepatocelulares primarios a nivel mundial. Este es
el caso particular cuando los pacientes son HBeAg-positivos. En Taiwán
en donde el 15% de la población es portadora, los portadores de HBsAg
tienen un riesgo de carcinoma hepatocelular casi 217 veces el de un no-portador.
Casi la mitad de las muertes de portadores de HBsAg son causadas por
cirrosis hepática o carcinoma hepatocelular en comparación con el 2% de
la población general. Para más información sobre los hepadnavirus y el
cáncer, refiérase a los capítulos
seis y
dieciocho.
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Figura 12
Distribución geográfica de la infección crónica del VHB CDC
Figura 13
Hepatitis B por Raza/ Etnicidad, 1990-2001 CDC
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Epidemiología
El VHB se
encuentra globalmente (figura 12). La mayor incidencia de
seropositividad para el VHB (anti-HBsAg) está en el África sub-Sahariana,
el Extremo Oriente (China, Malasia, Indonesia, Filipinas, Papúa Nueva
Guinea etc.). Otros niveles altos (más de un 8% de la población
infectado) se ve en el norte de América de Sur, el norte de Canadá y
Alaska y Groenlandia. En estas áreas, el riesgo de por vida de infección
es más de un 60% siendo las infecciones en la niñez las más comunes. En
las áreas de baja seropositividad (menos de un 2% de la población con
anticuerpos anti-HBsAg), el riesgo de por vida de infección con VHB es
menos de un 20% siendo las infecciones más frecuentes en adultos en
grupos de riesgo alto. En los Estados Unidos, la seropositividad al
HBsAg ocurre en menos de un 2% de la población pero en asiáticos
americanos la VHB crónica puede estar en un 10-15% de la población. En
asiáticos americanos, el carcinoma hepatocelular es la principal causa
de muerte. La mitad de todos los niños nacidos de madres con infección
crónica de VHB en América son asiáticos americanos. Los afro americanos
también muestran un alta tasa de seropositividad para el VHB (figura
13).
El VHB se
transmite por vías parenteral, sexual (hetero y homosexual) y neonatal.
El virus está en grandes cantidades en sangre/suero y en heridas.
Niveles moderados se encuentran en semen, saliva y secreciones vaginales.
Otros fluidos corporales muestran unos niveles muy bajos o no-detectables.
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Figura 14 Inmunohistoquímica – positive para el antígeno de la Hepatitis B
© Archivo de Imágenes Biomédicas de Bristol. Usado con autorización
Figura 15
Cirrosis y antígeno de hepatitis B
© Archivo de Imágenes Biomédicas de Bristol. Usado con autorización
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Diagnóstico
La
hepatitis sérica es por lo general primero diagnosticada a partir de los
síntomas clínicos. Las enzimas hepáticas también se detectan en el
torrente sanguíneo durante la fase sintomática. Se puede obtener mayor
información de la serología y de la presencia de antígenos del VHB. Por
tanto, una infección aguda puede distinguirse de una crónica por la
presencia de anticuerpos (IgM) contra el HBcAg. Los exámenes que
detectan HBsAg y HBcAg y anticuerpos contra HBcAg, HBsAg y HBeAg (el
panel de hepatitis B) se usan para el diagnóstico. Dada la gran cantidad
de HBsAg que no se asocial a virus infectante, la presencia de HBeAg es
el mejor marcados para virus infeccioso. También se muestra en la figura
10, que los anticuerpos anti-HBsAg no son detectables hasta más o menos
ocho meses después de la infección mientras que el antígeno, HBsAg, es
detectable mucho más temprano y luego remite. El fracaso en detectar
anti-HBsAg en fases tempranas de la infección no es por la falta de
anticuerpos; sino, que son indetectables porque se encuentran formando
complejos con una gran cantidad de antígenos que es descamada de las
células infectadas. El periodo que va desde los 6 a los 8 meses, en
donde no pueden detectarse ni los HBsAg libres ni los anticuerpos se
conoce como “la ventana HBsAg”. Este fenómeno también se aplica al HBeAg
que es descamado de las células infectadas, aunque en mucho menor medida;
entonces, la mejor herramienta para el diagnóstico de una infección
aguda de VHB durante la ventana es la presencia de anti-HBc IgM. Para
más información refiérase a la tabla 1.
El VHB
también puede ser detectado en el laboratorio por inmunohistoquímica (figura
14-16).
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FFigura 16
Carcinoma hepatocelular y antígeno de la hepatitis B
© Archivo de Imágenes Biomédicas de Bristol. Usado con autorización
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Tabla 1 – En panel del VHB - Interpretación |
Test |
Resultados |
Interpretación |
HBsAg
anti-HBcAg
anti-HBsAg |
Negativo
Negativo
Negativo |
El paciente es
susceptible a una infección por VHB y aún no ha estado expuesto
previamente al virus. El paciente no ha sido vacunado |
HBsAg
anti-HBcAg
anti-HBsAg |
Negativo
Positivo
Positivo |
El paciente es inmune
al VHB como resultado de haber sido infectado previamente (indicado
por la presencia de anticuerpos anti-HBc lo cual no ocurre si el
paciente es vacunado) |
HBsAg
anti-HBcAg
anti-HBsAg |
Negativo
Negativo
Positivo |
El paciente es inmune
porque fue vacunado contra el VHB |
HBsAg
anti-HBcAg
anti-HBcAg IgM
anti-HBsAg |
Positivo
Positivo
Positivo
Negativo |
El paciente tiene una
infección aguda de VHB. Cualquier anticuerpo anti-HBsAg que haya
sido sintetizado ha formado complejos con la gran cantidad de
antígenos descamados y por tanto es indetectable |
HBsAg
anti-HBcAg
anti-HBcAg IgM
anti-HBsAg |
Positivo
Positivo
Negativo
Negativo |
El paciente tiene una
infección crónica de VHB. La IgM anti-HBc ha disminuido |
HBsAg
anti-HBcAg
anti-HBsAg |
Negativo
Positivo
Negativo |
El paciente puede encontrarse en una fase de recuperación de una
infección aguda de VHB. Este paciente puede estar infectado y por
tanto ser portador del VHB. La inhabilidad para detectar HBsAg puede
ser consecuencia de hallarse este en complejos con anticuerpos
anti-HBsAg en la fase de "ventana"
Otras interpretaciones posibles: el paciente es remotamente inmune
al VHB pero el análisis fue muy insensible para detector anti-HBsAg.
También puede que halla ocurrido un falso positive para anti-HBcAg y
que de hecho el paciente no este actualmente infectado.
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Figura 17
Profilaxis postexposición recomendada para la exposición al VHB
CDC
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Tratamiento
El mayor
tratamiento son las medidas de mantenimiento. La inmunoglobulina anti-VHB
es efectiva temprano luego de la exposición (figura 17). También puede
administrarse neonatalmente a niños de madres HBsAg-positivas.
Idealmente, la inmuno globulina debe de administrarse dentro de las 24
horas posterior al nacimiento o a la exposición y probablemente no es
efectiva hasta una semana luego de la exposición.
Hay tres
medicinas aprobadas por la FDA para el tratamiento de la Hepatitis B.
-
Interferón-alfa 2b (Intron A - Schering-Plough) es un proteína que
simula las defensas celulares naturales contra una infección viral.
-
Hepsera (Adefovir
Dipivoxil – Gilead Sciences) es un análogo de nucleótido que inhibe
la ADM polimerasa del VHB (transcriptasa inversa). Su uso está
indicado en el tratamiento de hepatitis B crónica en adultos con
evidencia de replicación viral active y la evidencia de elevación
persistente en las aminotransferasas séricas (ALT o AST) o
enfermedad histológicamente activa.
-
Lamivudina (Epivir
HBV - Glaxo SmithKlein). Este es un 3TC el cual es un inhibidor de
la transcriptasa inversa que también ha sido aprobado para el uso de
infecciones con VIH. Al igual que con todos los inhibidores de la
transcriptasa inversa, la aparición de mutantes resistentes es un
problema. La Hepsera puede utilizarse en pacientes con virus
mutantes resistentes a Epivir.
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Vacunación
Esta es la mejor estrategia de prevención. Las vacunas actuales son
subunidades sintetizadas en levadura que ha sido transfectada con un
plásmido que contiene el gen S (que codifica para el HBsAg). La vacuna
del VHB se vende bajo el nombre de Recombivax-HB (Merke) y Energix-B (Glaxo).
Además, hay una vacuna aprobada contra tanto el VHA como el VHB (Twinrix
– Glaxo). Otra formulación para niños (Pediarix – Glaxo) contiene
vacunas contra difteria, tétanos, pertusis (tos ferina), polio y VHB.
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Para vacunación de infantes, hay muchas opciones dependiendo de si la
madre es HBsAg positivo. En este último caso, la vacuna se da junto con
la inmunoglobulina del VHB. Si la madre es seronegativa, solo se
administra la vacuna. Normalmente hay tres vacunas para niños (al
nacimiento, y a los 1 y 6 meses) o adultos para proveer inmunidad
protectora. La vacuna está recomendada para niños hasta los 18 años y
para adultos en riesgo alto.
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Figura 18
Agente de la Hepatitis Delta
CDC
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HEPATITIS D – AGENTE DELTA
El virus de la
Hepatitis D (VHD) o agente delta (figura 18) es un virus defectuoso con algunas
similitudes con los viroides vegetales. No puede codificar su propia proteína de
superficie y por ello, para producir más partículas víricas, necesita de un
virus ayudante; este es el VHB. El VHD se adquiere junto con el VHB (co-infección)
o como una sobre infección de un paciente ya infectado con el VHB.
La co-infección
por el VHD y el VHB exacerba la enfermedad aguda y es más posible la ocurrencia
de una hepatitis fulminante que si sólo se tratara del VHB. La posibilidad de
una infección crónica con el VHB es, no obstante, menor en personas co-infectadas.
La sobre-infección lleva a una más rápida manifestación de la enfermedad porque
la co-infección requiere de la replicación del VHB antes de que ocurra la
replicación del VHD. Los estudios del Centro de Control y Prevención de
Enfermedades (CDC, en inglés) muestran que los portadores del VHB
sobre-infectados con el VHD tienen un 70-80% de probabilidad de enfermedad
hepática crónica acompañada de cirrosis en comparación con el 15-30% en
pacientes sólo infectados con el VHB.
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Transmisión
El VHD es usualmente transmitido por medios similares al VHB, esto es, el
uso intravenoso de drogas y el contacto sexual, siendo este ultimo menos
eficiente. La infección perinatal es infrecuente.
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Figura 19
Curso serológico típico de una coinfección VHB - VHD CDC
Figura 20
Sobre infección de VHD - VHB. Curso serológico típico CDC
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Inmunología
En una co-infección
VHB-VHD (figura 19), las IgG e IgM anti-VHD son generalmente vistas pero el
antígeno del VHD solo se detecta en un cuarto de los pacientes. De verse el
antígeno del VH desaparece cuando aparece el HBsAg. En una minoría de los
pacientes, la IgM se encuentra temprano en una fase aguda o la IgG se
observa más tarde. La elevación de los anticuerpos durante la fase
sintomática declina a medida que se remiten los síntomas y, a diferencia de
los anti-HBsAg, no hay anticuerpos que muestren que el paciente alguna vez
estuvo infectado con el VHD. Al igual que como sucede con las infecciones
simples con el VHB, los anti-HBsAg se eleven luego de que los niveles de
antígeno han declinado con un periodo “ventana” entre ambos.
En una
sobre-infección con el VHD (figura 20), los niveles de anti-HBsAg declinan a
medida que se elevan los de anti-HDV. En este caso el antígeno del VHD y el
virus (detectado por la presencia de su ARN) permanecen porque una
sobre-infección generalmente implica una infección crónica de VHD. En esta
infección crónica persisten los anticuerpos IgG e IgM contra el VHD.
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Patología
Como sucede con las otras enfermedades de hepatitis viral, los síntomas son
causados por la reacción inmunológica del paciente más que por los efectos
citotóxicos directos de la infección viral en los hepatocitos. Hay una
enfermedad más severa cuando el VHB sobre infecta un pacientes ya infectado
por el VHB. En la sobre-infección de pacientes crónicamente infectados con
el VHB, cerca de la mitad de los pacientes exhiben una hepatitis aguda que
remite. Cerca del 10-40% tienen hepatitis persistente crónica y un 7-10%
presentarán una hepatitis fulminante. En una co-infección, la mayoría de los
pacientes (90%) manifiestan hepatitis aguda que remite y menos de un 10%
tendrá una hepatitis crónica. Solo un 2-4% exhibe hepatitis fulminante. Por
tanto, la hepatitis fulminante es más común en pacientes infectados con el
VHD que en pacientes con otros virus de hepatitis.
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Figura 21
Distribución geográfica de la Infección por el VHD CDC
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Epidemiología
El VHD se
encuentra a nivel mundial (figura 21) y puesto que la infección por VHB
también es necesaria, la distribución es muy parecida a la del VHB. Cuando
la incidencia de infección crónica de VHB es baja, la incidencia de VHD
también lo es y primordialmente se ve en usuarios de drogas intravenosas. La
tasa de infección por el VHD es variable en áreas con una tasa de VHB de
moderada a alta. Por ejemplo, en Rusia, Rumania y en el sur de Italia, la
infección por VHD es muy alta en pacientes infectados con el VHB. En otras
partes de Italia y en el norte de África, el VHD es moderadamente común
mientras que en el sur de Asia, con su altísima tasa de incidencia de VHB,
la incidencia de VHD es baja. En algunos países sudamericanos hay epidemias
periódicas aisladas de VHD en la población infectada por el VHB. Estos
brotes pueden llevar a una enfermedad severa que implica una hepatitis
fulminante con una tasa de fatalidad de 10-20%.
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Diagnóstico
Hay análisis comerciales que detectan la IgG anti-VHD.
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Tratamiento y Prevención
Dado que el VHD depende del VHB para producir una infección, la co-infección
VHB/VHD puede ser prevenida por profilaxis para el VHB usando la muy
efectiva vacuna contra el VHB. No hay profilaxis para la sobre-infección del
VHD pero esta puede disminuirse con educación a pacientes infectados con el
VHB tal como consejería contra el uso de drogas intravenosas.
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Figura
22
Incidencia estimada de Infección aguda de VHC, Estados Unidos, 1960-2001 CDC
Figura
23
Prevalencia de la infección por VHC por edad y género, Estados Unidos,
1988-1994 CDC
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HEPATITIS NO-A, NO-B (HNANB) -
HEPATITIS C
El virus de la
Hepatitis C (VHC) es un flavivirus para el cual los únicos reservorios conocidos
son los humanos y los chimpancés; de hecho, el virus primero fue identificado en
sangre de chimpancé. El VHC causa “hepatitis no-A, no-B” y era la principal
causa de hepatitis post-transfusión antes de que los exámenes rutinarios en los
bancos de sangre incluyeran los del VHC. A nivel mundial, hay aproximadamente
200 millones de portadores del VHC.
En los Estados Unidos, hay cerca de
2.4 a 3 millones de personas que están crónicamente infectadas con el VHC y
entre 3.1 a 4.1 millones de personas han tenido una infección por VHC alguna vez
en sus vidas. Hubo 25,000 infecciones nuevas del VHC en el 2001 (disminuyó de
las 242,000 que hubo en 1985-89 como resultado de rastreos analíticos de sangre
y la disminución de usuarios de drogas intravenosas) (figura 22); este virus
causa el 40-60% de las enfermedades hepáticas crónicas implicando de 10,000 a
12,000 muertes por año. La seropositividad para el VHC es mayor en hombres en el
grupo de edad de los 30-39 años (figura 23).
Aunque el VHC, al
igual que el VHB, puede causar una hepatitis crónica persistente, las muertes
por fallo hepático agudo son raras. La infección con el VHC usualmente es
consecuencia de (figuras 24-26):
-
Uso de drogas
intravenosas. Esta es una ruta de infección bastante eficiente. Entre los
drogadictos que comparten inyecciones y agujas, hay una prevalencia de un
30% de infección del VHC dentro de los 3 primeros años de iniciación en el
hábito y de más de un 50% luego de los 5 años. La mayoría (del 50 al 90%) de
los pacientes usuarios de drogas intravenosas infectados por el VIH también
están infectados con el VHC.
-
Transfusiones
sanguíneas o transplantes de tejidos. Desde la introducción de las
analíticas de rastreo viral, la incidencia de infecciones asociadas a
transfusión han disminuido (figure 27).
-
Exposición laboral a
sangre y otros fluidos. Esto es algo ineficiente con una incidencia de
infección de un 1.8% luego de un linchamiento con una aguja contaminada de
un paciente VHC-positivo. Las salpicaduras de sangre o el contacto con
alguna herida pueden resultar, aunque muy raro, en transmisión. El 1-2% de
los profesionales de la Salud en los Estados Unidos son VHC-positivos (lo
cual es menos que en la población general).
-
Las transmisiones
inadvertentes (iatrogénicas/nosocomiales) son resultado de inoculaciones
-
Una madre infectada
con el VHC al momento del parto. Cerca del 6% de los bebés nacidos de madres
infectadas se infectan también y esto aumenta al 17% si la madre también
está infectada con el VIH. No parece que el VHC pueda ser transmitido a
través de la lactancia materna. Los niños infectados tienen un buen
pronóstico y es muy rara una hepatitis C severa.
-
Relaciones sexuales
con una persona infectada. El riesgo aumenta con la promiscuidad pero la
eficiencia del contagio es baja y lo que influencia su transmisión se
desconoce. La transmisión de hombre a mujer es más eficiente que la de
hombre a hombre; sin embargo, el VHC transmitido sexualmente constituye más
o menos el 30% de las infecciones crónicas y agudas del VHC en los Estados
Unidos.
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Figura 24
Casos reportados de Hepatitis C aguda según factores de riesgo seleccionados,
Estados Unidos, 1982-2001 CDC
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Figura 25 Fuentes de Infección para personas con Hepatitis
C CDC
Figura 26 Prevalencia del VHC por grupos seleccionados Estados
Unidos CDC
Figura 27 Hepatitis C Post-transfusión CDC
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Patogénesis
El VHC entra
al torrente sanguíneo e infecta hepatocitos. El virus usualmente no mata la
célula huésped y por tanto puede instaurar una infección persistente
implicando una enfermedad crónica. Los síntomas, al igual que con el VHB, no
son consecuencia del virus sino de los efectos del sistema inmune en los
hepatocitos infectados, siendo la respuesta de las células T citotóxicas el
factor más importante.
La viremia se
detecta en una a tres semanas luego de la infección. Luego de una fase de
pródromo de seis a siente semanas (aunque con un rango de dos a veintiséis
semanas), los síntomas aparecen (ictericia, dolor abdominal, nausea, perdida
del apetito, y oscurecimiento de la orina). Estos son usualmente mas leves
que con el VHB y en más de 80% de los pacientes, la fase aguda de la viremia
es asintomática. En la fase aguda de la infección, las partículas virales
pueden ser detectadas por varios meses. En el 15-25% de los pacientes, el
virus es depurado al final de la infección pero, en la mayoría de las
personas infectadas, el VHC instaura una infección hepática persistente que
puede durar por varios años implicando una hepatitis crónica activa. Muchos
de estos pacientes desarrollan cirrosis hepática y algunos experimentan
fallo hepático. Durante el periodo de infección crónica, el VHC puede dar
paso a manifestaciones extra – hepáticas; estas incluyen crioglobulinemia
mixta (resultando en eritema, vasculitis, etc.), porfiria cutánea retarda,
glomérulo nefritis membranoproliferativa y posiblemente diabetes mellitus y
linfoma. Estos síntomas puede deberse a complejos inmunes que se forman o a
enfermedad autoinmune. La patogenicidad de las infecciones por el VHC se
promueve bajo una variedad de condiciones incluyendo aumento en el consume
de alcohol y co-infección con VIH o VHB crónica. Esta también es mayor en
personas mayores (de más de 40 años) y del sexo masculino.
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Carcinogénesis
Después de muchos años (casi treinta), una pequeña proporción (5%) de
pacientes crónicamente infectados con VHC desarrollan carcinoma
hepatocelular.
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Figura 28 Patrón serológico de una infección aguda del VHC y su recuperación
CDC
Figura 29 Patrón sexológico de una infección aguda de VHC que progresa a
infección crónica CDC |
Inmunología
Cuando ocurren los síntomas, se extienden de uno a más de cinco meses luego
de la infección; el virus es detectable en el torrente sanguíneo durante
este periodo. También durante este periodo, las enzimas hepáticas, tales
como la alanino aminotransferasa, se elevan (figura 28). Los anticuerpos
anti-VHC aumentan luego de dos meses y son detectables por varios años si el
pacientes está crónicamente infectado (figura 29) Hay seis
serotipos del VHC que circulan a nivel mundial con múltiples subtipos.
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Epidemiología
El VHC se encuentra a nivel mundial con la mayor incidencia en el sur y el
centro de Europa, el Medio Oriente y Japón.
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Figura 30
Algoritmo de exámenes de infección por VHC para el diagnóstico de personas
asintomáticas CDC
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Diagnóstico
Los síntomas son el primer aspecto del diagnóstico. Estos incluyen ictericia,
nausea y fatiga acompañados de una elevación (de por los menos 10 veces) de
la alanino aminotransferasa. Los anticuerpos contra el VHC también son
claramente indicativos. Hay un test de ELISA altamente específico que
detecta anticuerpos al VHC; no obstante, estos no aparecen hasta alas 8 a 20
semanas luego de la infección, lo cual es después del término de la fase de
pródromo. Entonces, el anticuerpo no es un indicador confiable de infección
aguda. Los métodos de PCR pueden ser usados para detectar el ARN viral en
una semana o dos luego de la infección en pacientes seronegativos. También
hay un estudio de inmunoblot recombinante que detecta dos o más anticuerpos
del VHC. Se recomienda los exámenes analíticos para el VHC si el paciente ha
usado drogas endovenosas, ha recibido factores de coagulación sintetizados
antes de 1987, ha tenido algún transplante de órgano o transfusión sanguínea
antes de 1992, ha sido sometido a hemodiálisis o muestra evidencia de
enfermedad hepática. Las personas que han sido laboralmente expuestas a
sangre infectada con el VHC o los niños de madres infectadas también debería
de examinarse (figura 30).
La infección crónica puede ser diagnosticada por la presencia de anticuerpos
y por elevación de larga data de las aminotransferasas séricas. Esto puede
ser confirmado por PCR puesto que en una infección crónica, el ARN viral
debe de estar presente en el torrente sanguíneo. En pacientes
inmunosuprimidos, los exámenes de PCR son necesarios y este también es el
caso cuando se sospechan comportamientos crónicos de perjuicio hepático,
tales como alcoholismo. Otros problemas que pueden ser confundidos con
hepatitis C son la hepatitis autoinmune, hepatitis B y D crónica, hepatitis
alcohólica, esteatohepatitis no alcohólica (hígado graso), colangitis
esclerosante, enfermedad de Wilson, enfermedad hepática relacionada con la
deficiencia de alfa-1-antitripsina y enfermedad hepática inducida por drogas
(Instituto Nacional de la Diabetes y los Problemas Digestivos y del Hígado,
Instituto Nacional de la Salud).
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Tratamiento
El paciente
ha de se evaluado para enfermedad hepática crónica y aconsejado para que
evite comportamientos tales como consume de alcohol, que puedan exacerbar el
daño hepático. Dos drogas en combinación son recomendadas en un régimen de
24-48 semanas. Estas son ribavirina (refiérase a la sección de quimioterapia)
e peginterferon alfa-2a y 2b (Peginterferon que tiene los nombres
comerciales de Pegintron (Schering-Plough) y Pegasys (Roche)). Este último
consiste en interferón humano recombinante unido a polietilenglicol lo que
incrementa la vida media de la proteína en sangre permitiendo una inyección
semanal (en vez de diaria) y mantiene unos niveles relativamente constantes
de la droga. La ribavirina tiene poco efecto por sí sola sobre el VHC pero
parece aumentar el efecto del interferón. Esta terapia de dos drogas causa
la desaparición del ARN del VHC del torrente sanguíneo en casi el 70% de los
pacientes y hay una disminución marcada en los niveles séricos de
alaninoaminotransferasa; sin embargo, es necesario mantener el tratamiento
puesto que muchos pacientes manifiestan recaída cuando detienen el uso de
los medicamentos. Aquellos que exhiben una pérdida completa del ARN del VHC
tanto durante el tratamiento como luego del mismo tienen menos probabilidad
de recaída. La respuesta depende del genotipo del virus infectante.
Desafortunadamente, este régimen farmacológico tiene mucho efectos
colaterales.
Luego de la
exposición la inmunoglobulina y interferón/ribavirina no se recomienda. En
el caso de linchamientos con agudas etc., la fuente debe de evaluarse para
VHC y el paciente ser referido a un especialista para su manejo.
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HEPATITIS G
Al igual que el
VHC, el VHG es un flavivirus. Poco se conoce del VHG pero puede causar
hepatitis, aunque lo más probable es que no esté implicado en un número
significativo de casos. En una encuesta realizada en Japón, tres de cada seis
pacientes con hepatitis fulminante no-A, no-B, no-C, no-D, no-E fueron
positivos serológicamente para la secuencia del ARN genómico del VHG. El VHG
puede producir una infección aguda leve y la mayoría de los pacientes infectados
progresan a una infección persistente, que probablemente no es clínicamente
significativa. La transmisión es por contaminación sanguínea como por
transfusión o drogas intravenosas. La hemodiálisis es un factor de riesgo. El
diagnóstico es mediante anticuerpos o por la detección del ARN viral con PCR.
El virus GB (VGB,
agente GB) fue aislado en los 1960's de un cirujano (identificado como GB) con
hepatitis aguda (de la cual se recuperó) y fue demostrado la causa de hepatitis
en monos tamarindos. Dos virus llamados VGB-A y VGB-B fueron aislados del suero
de los monos tamarindos. Otros virus llamado VGB-C se encontró en un paciente en
el Oeste de África. Los virus GB son flavivirus, igual que el VHG. Tienen un
genoma de 9400 nucleótidos y la secuenciación muestra que el VGB-C tiene un 86%
de similitud con el VHG a nivel de los nucleótidos y un 96% de similitud a nivel
de los amino ácidos. El VHG y el VGB son por tanto diferentes aislados del mismo
virus de hepatitis. Interesantemente, la co-infección de un paciente VIH
positivo con el VGB parece proteger al paciente del VIH. Esto se da porque las
infecciones con VGB resultan en un menor número de moléculas CCR5 en la
superficie de los linfocitos T4 del paciente. El CCR5 es un co-receptor (junto
al antígeno CD4) del VIH en las células T humanas. Desafortunadamente, parece
ser que mientras que una co-infección de VIH y VGB-C protegen al paciente,
cuando el paciente depura el VGB-C él/ella tiene mayor probabilidad de morir por
la infección de VIH que algunas personas sin infección persistente del VGB-C.
Más aún, la infección con el VGB reduce pero no elimina la expresión del CCR5 y
también hay otros co-receptores que el VIH usa para entrar a la célula.
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